martes, 26 de enero de 2010

Cerca del Cielo, Machu Picchu.

Consejo de amigo antes de largarme a la historia: Es preferible viajar desde Ollantitambo en Tren hasta Aguas Calientes que comprar un tour de auto. El tren sale 62 dólares Ida y Vuelta, más 30 soles de taxi hasta Ollantitambo más 30 soles de hostel más 70 soles de la entrada al Machu Pichu, más 14 dólares del colectivo que te lleva de Aguas Calientes al Machu Picchu. Hecha esta aclaración, empiezo mi relato.

A las 8 de la mañana tenía que estar el auto para llevarme hasta Aguas Calientes, el tour que me ofreció el dueño del hostel ocupaba desde las 8AM del sábado, hasta las 6PM del domingo. 6 de la mañana Miguel me despierta preguntandome si realmente quería ir al Machu Picchu, medio dormido, en boxers y remera le dije que si. Acto seguido me pide los 85 dólares del paquete turístico que me ofrecía. Pago y empiezo a preparar el equipo de viaje, una muda de ropa extra, cámara, celular, cargadores. Minutos después viene arrebatado Miguel y me pregunta donde estaba…le dije que en todo momento estuve aquí (la habitación), y Miguel insistía con el “Donde estabas?”, dejé de responderle. Es que el conductor me esperó en la puerta y se me había ido…a las 6.30. Me limpié de culpas aduciendo que por mi debían pasar a las 8.

Vamos a la Plaza de Armas y empiezan los arreglos con otro vende tours, luego vamos a una estación de servicio (Que aquí les dicen Grifo), y subo a una camionetita Sprinter, hacemos 300 metros y me bajan, es que aparecieron las dos señoras que no estaban al momento que me subieron… otro taxi y vamos a una agencia de tours de muy mala muerte, allí me suben a una camionetita Toyota, yo tenía la indicación de seguir a los 3 brasileros que allí viajaban.. El viaje es directo hasta Santa María, un pueblito que nada tiene para ofrecer, más que ser la forma económica de viajar. Allí una breve discusión con el chofer de un remis y el apoyo de los brasileros termina con que me reconocen como pasajero. Es que por ese entonces, todo estaba tirado de los pelos, asi que se ve que el recambio de compañía de viaje no había sido bien anunciado en todas las paradas.. Iniciamos viaje por un camino de cornizas y sin asfalto. Una sola mano y dale que aceleraba el remisero. A mitad de camino se cruza con otro coche y pide al muchacho un intercambio de vehículos… el pibe tenía veinte años y lo primero que hace, es apagar el motor por meter mal un cambio… entre los brasileros nos miramos y entendimos que el viaje sería largísimo. Casi chocamos contra una Toyota y en un tramo, un brasilero metió la marcha atrás, porque el Jaime no podía, en ese momento un remisero que hacía la misma ruta lo insulta por “huevón de aprender a manejar en ese lugar”, nosotros defendimos a Jaime, pero luego fueron como 40 minutos de gastadas, sobre si era buen piloto, sobre si no quería trabajar, sobre la idea de ser otra de las cruces que plagaban ese sinuoso camino. Llegamos a Santa Teresa y allí otro muchacho de 20 años nos hace un trasbordo, este estaba mucho más canchero al volante y nos llevó por un recorrido igual de peligroso pero más rápido. En Santa Teresa comí pollo con papas fritas, incluído en el paquete del tour. Llegamos a la Hidroeléctrica, último puesto donde se puede llegar con vehículo, luego es tren o pie. Los aludes habían suspendido el tramo de Ollantitambo-Cusco, asi que PerúRail decidió cortar todos los ramales. Ahí empezó la caminata de 13 kilómetros hacia Aguas Calientes, último poblado antes del Machu Picchu.

Se nos hizo de noche, no teníamos agua y estábamos a más de 2000 metros de altura, la trama era espesa, pero mejoró cuando me hice de agua de una vertiente natural, deliciosa y gratis, nada que hacer, seguimos caminando y los brasileños no daban más, y yo eufórico porque pude divisar las primeras terrazas de siembra que tenían los Incas. Llegamos a Aguas Calientes y allí nos envían al hotel Apu Aguasagate, una hora de incertidumbre y nuestro guía designado no aparecía, el misterio de Juan Carlos. Aparece un Ronny y nos empieza a designar hoteles, ninguno para mi, que seguía sin estar registrado para la empresa de viaje. Deambulé buscando hotel con los brasileros, es que insistíamos que nuestra habitación era cuádruple y no triple. A la larga, la misma desorganización de los ¿organizadores? Hizo que termine en una linda habitación del Aguasagate junto a los brasileros. Bajo un rato a comer a un restaurante que nos habían designado, allí no tomaron lista y volví a comer sin poner un peso. Nuevamente pollo con fritas y arroz. En eso cae nuestra nueva guía, que nos explica que no sabe donde está Juan Carlos, yo digo que soy Juan Carlos y la gente estalla en una carcajada. Diana es ahora nuestra guía, nos indica como se puede ir al Machu Picchu, y que ella nos espera allá, que no nos podía dar los tickets porque como llegamos tarde (por la caminata de 13km), no pudieron comprar los boletos. Nos pide documentos para comprar las entradas, luego nos devuelve los documentos y ella desde las 6 estaría en la entrada del Machu Picchu (MP).

Hay dos formas de llegar al MP, una es con un colectivo de Aguas Calientes, sale 7 dólares y son 5km. La otra es salir tipo 3.30 y encarar la subida a pie, yo me desperté tipo 3.30 y estaba en la calle 3.45 cuando empiezo el camino. Es muy arduo, son 2 horas de subir escaleras hechas en piedra, mojadas por la lluvia, ocultas por la oscuridad de la noche, es un reto demasiado complejo. Pensé que no llegaba, paraba a descansar y me preguntaba cuanto más faltaba, no daba más, los bolsos se me habían mojado y todo pesaba el triple. Indignado por un lugareño que subía corriendo! Tomé un poco más de valor, busqué fuerzas y razones para terminar esa tortura, y alcancé la cima. Implacable, ahí estaba el Machu Picchu, eran las 5.45 y me había ganado el pasaje al WainaPichu, una montaña que permite ver a todo el Machu Picchu en su esplendor. De todas formas, estaba entre las nubes, el Waina lo descarté precisamente porque no podría sacar ninguna foto. Agradecí el error de haber subido a pié, me sentía superado por mi mismo.

En el Machu Picchu llega Diana y reparte las entradas, ¿y la mía?, no, no estaba en la lista, que la pague y arregle con los ¿organizadores? Cuando esté en Aguas Calientes. Una rabieta con Diana y accedo a pagar los 70 soles de la entrada (incluido el descuento por estudiante, sino es casi el doble). Entramos al Machu Picchu y sentí que el viaje estaba realizado, la lluvia nos acompañó en todo momento, las nubes de a poco se retiraban, pero fue lindo estar entre las mismas nubes. La ciudad sagrada es una obra de arquitectura admirable, terremotos, inundaciones, vientos, nada la alterado excepto la propia mano del hombre moderno, casos como el graffiti de 1908 o las excavaciones realizadas por el alemán que “encontró” la ciudad allá por 1910. Diana se lamenta que hay pasajes donde ella transitó y que ya no existen, se lamenta de una piedra que estaba en la parte baja de la ciudadela y para hacer lugar a un helipuerto empleado por los reyes de España en 1982, entonces fue reubicado en la parte alta de la ciudad. Pese a todo, el 90% de las construcciones son originales. El Machu Picchu tardó 40 años en ser construido, demandó 400 ronis (Inca sólo era la nobleza, los demás tenían otro nombre), en la ciudadela se cultivaban todo tipo de vegetales, hortalizas y hasta se pastaban animales. La ciudad tenía un sistema de canales bajo tierra, es que el agua no debía ensuciarse, es sagrada. Todo lo hacían en el río, el mismo que causó tantos problemas en estos días. Allá, como 1 hora a pie bajando la montaña, el único lugar donde podían higienizarse porque en la ciudadela el agua sólo era para los cultivos o beberla. Se estima que vivieron 700 personas en todo momento del año.

Machu Picchu tiene energía, es impactante la obra, me dejó sin palabras. Cada frase de la guía le daba aún más potencia a esas estoicas rocas que supieron ser el orgullo de un Imperio y, hoy sólo ve pasar turistas. Diana expresa su amor al lugar, termina su guía y a diferencia de otros guías, ella nos abre un canal de debate, allí expongo mis humildes saberes de la colonización en Argentina, de mis impresiones sobre el Inca, de Mariategui, de los Incas como la primer sociedad socialista, puesto que ciertamente había una casta dominante, pero no había pobreza y otras penurias modernas. En fin, una extensa charla que se extendió durante una hora, debatíamos frente a una monumental piedra que había sido tallada con exactitud a la montaña que detrás se escondía. La guía se retira, y yo me encargo de caminar por todos lados para tomar fotos. Luego el regreso lo tomo como un desafío, bajé la montaña a pie.

Extenuado, en Aguas Calientes me encargo de llamar a “Henry” (como me molestan los nombres en inglés), insultos varios y la respuesta es la misma, “no te pagaron el paquete turístico”. Quedaba varado en Aguas Calientes… Hablo con Diana (la guía), y me disculpo por la primer discusión en la puerta del Machu Picchu, originalmente ella debía encargarse de mi problema, pero para aliviarla de trabajo propuse que yo me encargaba de mi asunto. Pedí referencia de algunos libros, ella lamentó a Pachamama por la caída de aludes que habían inutilizado los trenes. Yo pensé que Pachamama estaría defendiendo sus sagradas tierras en contraposición a indignos negocios privados. Lo pensé, pero no lo dije. Porque acababa de pedir disculpas, y sacar una sentencia así me pareció violento. Aunque haciendo un poco de mentalismo, diría que ella también lamenta el abuso del que ha sido objeto la ciudadela sagrada.

Me distancio, busco información para volver y no hay nada. Un tren llega de Hidroeléctrica, pero las vías anegadas le impiden volver. Doy vueltas y vueltas, molesto por la gente que me quería vender cosas, decidí hacer el camino a pie y ver como solucionar mi problema ya en Hidroeléctrica. 13 kilómetros de regreso, por momentos caminando sin ver mis pies por el agua marrón del río. Me encuentro con gente que pertenecía a la agencia de “Henry” y que el día anterior habíamos estado buscando a “Juan Carlos”, camino con ellos y llegamos a la Hidroeléctrica, allí nos informan que debíamos caminar unos 2 kilómetros más, porque los vehículos no podían llegar por un derrumbe en ese camino. Seguimos caminando y a 2km nos piden que caminemos otros 5km. Porque otro derrumbe los obligó a alejarse. Así yo sumaba en ese día 30km. De montaña. Veíamos que irresponsablemente seguían mandando gente hacia el Machu Picchu, invariablemente les esperaban 20km a pie. Un hombre se obrece a llevarnos esos 5km a cambio de 2 soles. Me levanto al grito de “andate cuervo de acá”. Con dignidad, caminamos esos 5 kilómetros. Luego, esperamos a los rezagados y una hora más tarde partimos por un camino de tierra. Cruzamos puentes, nos enterabamos que otros habían caído, y así se iba armando un regreso que nos ocupó 12 horas, previa detención para dormir. Tenía bastante incertidumbre, entre el chofer que aceleraba constantemente, y el riesgo constante de derrumbe. La gente se agolpaba en los bordes del camino para ver como el río se llevaba hoteles, sembradíos, casas, etc. Fue un regreso difícil. Pero el Machu Picchu seguía valiendolo. Todas las obras Incas a la vera del río siguen intáctas, es increíble la capacidad de los elegidos... es que ellos cuando detectaban gente "distinta", los mandaban a la "Universidad" sin importar si era noble o pueblo, los destacados serían los íderes de ese Imperio. Por mi parte, aproveché el río revuelto y me colé en la Sprinter que no me pertenecía.

Ya en Cusco fui a mi hostel, reclamé mi plata, de allí voy hasta ese tal Henry, esquivo su saludo y le sugiero que me de la plata del viaje. Todo en forma poco elegante. Insisten en no darme la plata e insisto en estar dispuesto a romperle la cabeza. Acceden a darme 60 de los 85 dólares. La verdad es que me conformó ese dinero. Asi que lo salude y me fui a alquilar un baño por 5 soles, me bañé, comí en Mc Donalds, donde la hamburguesa tiene otro sabor y salí de Cusco.

Hoy estoy en Copacabana, Bolivia. Piuntoresca ciudad, pero se hizo muy muy cara a causa del turismo. Me voy de aquí y luego escribo sobre el viaje Cusco-Puno-Copacabana. En la noche me enteré que el camino de escape que utilicé en Machu Pichu fue cerrado por peligroso, que la gente será "rescatada" de Aguas Calientes en helicóptero. La ciudad no está en riesgo, pero quedó incomunicada. Ni desabastecimiento, ni nada. Inescrupulosos que subirán el precio de las cosas no más.












































9 comentarios:

  1. Al fin llegaste!!! :D
    Congratulations!!!

    Che, alto viaje, eh.. debes tener las gambas de Rocky Balboa!

    Te mando un abrazo, loco.


    Mingo

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  2. Me alegro que a pesar de todo, haya sido una experiencia inolvidable.
    Saludos

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  3. Felicitaciones por el viaje, el Club del Palio con una sana envidia te va siguiendo (estan publicando tus relatos alli tambien).

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  4. Iván el Grande. Con estas experiencias se forjan los grandes. Te felicito. Excelente relato, de una admirable vivencia.

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  5. se forjan los grandes ... y las gambas de mi hermano :P

    suerte ivan, por lo menos no quedaste atrapado como los otros argentinos que salieron en el noticiero pidiendo ayuda!

    saludos,-

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  6. Grande Iván!

    Estuve siguiendo este blog. Excelente experiencia. Felicitaciones!


    Saludos!

    Mauroclown

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  7. Wow!! Como debes tener las piernas ahora!!

    En fin, FELICITACIONES, Ivan!! Lograste llegar!!! :) A pesar de las dificultades que has pasado, no ha decaido tu espiritu.

    Un abrazo enorme!!! :)

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  8. Muy buen relato Iván. Che, sobremanera desagradable estar todo el tiempo a merced de conductores suicidas en caminos imposibles... Terminar como una cruz en el camino parece casi una cuestión de lotería.
    Y la subida a MP: si no subís así, sufriéndolo y padeciéndolo, creo que la recompensa no sería la misma no? :P
    Gran relato de viaje.

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