miércoles, 25 de enero de 2012

Sexta Etapa: Machu Picchu.

El tour por las ruinas nos había retrasado una hora respecto a lo prometido, la razón, es que teníamos una parada extra en un comercio para comprar artesanías en tela. Obviamente, eso no estaba en lo pautado, ni en lo “programado”, todo el mundo compró mientras nosotros nos mordíamos las uñas (hasta) del pié.

Terminada esa trampa de compras,  nos dirigimos a la Ciudad de Cusco, donde nos dividimos las tareas a fin de hacer todo lo más rápido posible, Diego debía comprar un agua de litro más un gatorade y barras de cereal. Rocío debía consultar en los agentes de viaje por un guia y por un hostel. Yo debía sacar plata del cajero y buscar el auto que estaba a unas cinco cuadras del punto de encuentro que nos establecimos. Todo debía tomarnos 5 minutos. Y efectiamente nos tomó eso.

Digitamos el GPS y salimos raudos hacia las montañas, el 206 mostró una estirpe rally que pocos usuarios del Yeyito podrán hacer gala, trepabamos el cerro por atajos empinadísimos, y en las bajadas de los cerros llegaba a entrar una 5ta que nos permitía ridiculizar a esas imponentes 4x4 de vaya uno a saber cuantos caballos en esos motores V6 y V8. Estirando la frenada, bajando de sopetón 4ta y 3ra, estabamos haciendo un tiempazo. Estabamos… el GPS nos mandó por el camino viejo, uno destruído incluso para el conductor peruano. Allí frené, perdí todo el ritmo, el humor y la puta que lo parió al GPS, casi lo tiro por la ventana. Pregunté a los lugareños y finalmente conseguimos el camino adecuado a Ollantaitambo. 

Era tarde, el tren se nos había ido a causa de ese desvío inadecuado. El 206 se ganó mi respeto en ese raid. Era de noche, con una copiosa lluvia como nos acostumbró Perú, llena de tráfico y nada eclipsó a este buen auto.

En Ollantaytambo nos hospedamos cerca de la estación  de tren, a las 5 de la mañana ya teníamos el nuevo pasaje para ir hacia Aguas Calientes. En la noche nos hospedamos en un hotel junto al Río Urubamba, el tronar del caudaloso río a duras penas logró tapar el olor a perro que había en esa habitación. También habíamos cenado pero la comida nos pareció intrascendente. Era tarde y dificilmente los cocineros del único lugar abierto, hubieran tenido ganas de esmerarse en cocinarnos.

En la madrugada partimos a Aguas Calientes, el servicio es eficiente, nos dan café y algo para picar. En Aguas sacamos plata del cajero y compramos la subida en Bus a Machu Picchu. Al llegar, nos informan que ya no se venden entradas “arriba”, asi que la desesperación, la bronca y todo eso mezclado con una boraz xenofobia que duró 3 o 4 minutos. Ahí Diego se ofrece a bajar en un Bus, comprar los 3 tickets y volver en Bus. Al cabo de una hora, habíamos negociado el precio con una guia, y comenzamos el ingreso a esa Ciudadela que volvió a causarme angustia por lo que se fue, y el estar maravillado por una obra de ingeniería realmente impactante. Encontré cosas que antes no había visto, y se notaba que Diego y Rocío estaban muy contentos con haber llegado a ese lugar. Acariciamos rocas inmensas, sabiendo que son un legado que nadie pudo destruír, ni el saqueo español, ni el saqueo de los estudios de la universidad de Yale, ni la irresponsabilidad peruana.  Luego de la guia, nos dedicamos a subir la montaña Machu Picchu, Diego logró –con sus últimas fuerzas- subirlo. Rocío y Yo, nos quedamos cerca del final. Para ser honestos, Rocío se quedó allí y yo la alcanzé bastante después porque mi estado físico pasó factura. Creo que con algo de tiempo llegaba a la cima, pero poco importaba porque no lo tomé como un desafío sino como un paseo para ver desde las alturas la ciudadela. Al rato, emprendimos la vuelta, nos quedamos descanzando en ese coloso Inka y cuando se nos empezó a ir el sol, volvimos hacia Aguas Calientes bajando por las escaleras que en 2010 tanto me habían hecho sufrir. Felices de ver lo que vimos, tristes porque cada paso era alejarnos un poco más de ese lugar que impresiona hasta a los más desentendidos.

Empezamos el regreso. Ya en aguas calientes hicimos tiempo mirando la feria, comiendo helado,  y cosas asi.

Bolivia tiene conexiones de internet muy malas, me cuesta poder actualizar, asi que me disculpo por la demora. También intentamos llamar a nuestros hogares, pero no nos podemos comunicar por más que intentemos mil veces el 005411. Saludos, me voy que ya sale el tour al Salar de Uyuni.

Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket
Photobucket Photobucket Photobucket

4 comentarios:

  1. Hermoso!



    Ojo chicos: hay problemas en Bolivia:
    http://www.infobae.com/notas/628530-Miles-de-argentinos-estan-varados-en-Bolivia-por-multiples-piquetes-fronterizos.html

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias conde, los problemas son por el paso de frontera de "Pocitos", nosotros vamos a pasar por "Villazón".

      Pero, desde ya, que te hiciste ganador de un presente, por la buena disposición de advertirnos de ese bloqueo.

      Alpaca Cumple
      Iván Dignifica.

      Borrar
  2. Buenas Iván, la verdad mil gracias por todos los datos que brindás!
    voy a hacer un camino similar desde BA en coche.

    Pregunta concreta: dejaste el coche en Ollantaytambo? pudiste conseguir estacionamiento en cada lugar que fuiste o lo dejaste tirado en la calle? ningún drama con eso?

    Gracias!

    Pdta: cuando viene otro viaje?

    ResponderBorrar
  3. Hola Juls,

    Mucha gracias por los elogios, y desde ya contas conmigo para lo que necesites.

    En Ollantaytambo, yo encontré garage en Av. Ferrocarril, es una calle que sale desde la plaza de armas hacia la estación de tren. En la mano izquierda, a 300 metros (más o menos), hay un portón con un número de teléfono y dice "garage 24hs". creo que me salió 10 o 15 soles dejarlo un día y medio. No tiene techo, pero igual lo único que cae es lluvia.

    En Cusco yo no encontré garage cerca de la plaza de armas, que era la zona antigua y donde yo me hospedaba. Hay muchos hoteles con garage, eso si. Pero al auto lo dejaba en calles transitadas y sin restricción de estacionamiento, como Pisah, o Choquechaca. Nunca tuve problemas.

    Si me dijeron que es peligroso Puno, así que allí te recomiendo garage.

    Por otro lado, en Arequipa hay garage justo detrás de la plaza de armas, Calle Moral.

    En Potosí cuesta un pomo encontrar garage en la parte vieja, creo que por Av. Camacho había uno y es a sólo 6 o 7 cuadras de la plaza de armas, sino en la zona del Estadio Ugarte. Los hoteles suelen dar garages.

    La zona del estadio es media fulera de noche, y la zona del centro viejo, hay restricción de estacionamiento porque las calles son muy muy angostas.

    Sobre viajes, en 2013 anduvimos por la patagonia, recorriendo las cervecerías artesanales (me volví un cervecero artesanal), y para agosto de 2013 recorrimos Entre Ríos, Corrientes y Misiones, para conocer Iguazú, Posadas, Esteros del Iberá, Federación y El Palmar entre otros.

    Pero no hice relato de viaje :p

    Este año voy a Cuba, pero sin auto. Así que imagino que los viajes volverán recién para 2015 Porque hay que ahorrar bastante para Cuba. :(

    cualquier cosa, me encontras en ivan.cspol@gmail.com

    ResponderBorrar